A ver a ver...
Ya me cansé del pinche mono ese. Nomás no pela un chango.
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Una semana de vacaciones es todo lo que necesito para darme cuenta de que no quiero volver a clases ni a trabajar por los próximos 2 años. Si, yo sé que no hacer nada por mucho tiempo es cansado, pero no mamar, hemos hecho tanto en tan poco tiempo que, sinceramente, creo que nos quedaron debiendo cambio en minutos (y hasta con intereses).
¿Será que ese es nuestro destino por el resto de nuestras vidas? Quedarnos ciegos del esfuerzo, con las pieles curtidas por el sol y ampollas en los pies de tanto caminar en busca de metas que no llegan y que cuando se acercan, solo lo hacen para señalarnos con el dedo índice y burlarse de nosotros mientras se vuelven a alejar.
De todo esto, sólo una cosa es segura:
Al karma le encanta dejar a la gente en calzones y con blueballs.