Karmal

Pinchi karma es bien culón, es un bato bien mamón y nunca me deja terminar algo completamente bien.

Ayer anduve como loco trabajando en una tarea final para este parcial y pues siempre son tareas grandes, muchas veces tediosas pero sin duda, siempre nos llevan al borde de la demencia. Bueno, lo raro no fue mi estado psicológico, sino que, increíblemente, para antes de las 9 ya había terminado todo el trabajo.

¡¿Qué pedo?! Uuuuu, que a toda madre, estaba eufórico y ¿qué hace un mexicano cuando se encuentra eufórico? Le presume y se burla de todos los demás, ¡a huevo! Total que ahí me tienen burlándome de toda la razita, ya que se enojaron, me fui a engargolar y a imprimir una etiqueta de calcomanía para un cd.

Y aquí es cuando el karma me vio a los ojos con su ojo bizco, sonrió levemente mostrando la podredumbre de su boca y dijo ¡ni mergas, ni mergas!

Si, no podía ser posible que terminara sin estar estresado y repleto de urticaria, ¿que hizo el cabrón? Convirtió mi etiqueta pegable en una trampa mortal y arruinó todo mi trabajo digital.

Good for you.

Nota mental: Y asi...

Sheko.