La tromba

Que show raza, don’t meim, tengo como una semana sin escribir pero es que con eso de que ya entré a l’école y la madre, pues ni chanza, primero porque desde el inicio tengo mucha pinche tarea y segundo porque llego a la casa todo amodorrado al estilo nomamesmequierodormir. Pero hoy el día esta bien ‘escribidoso’ y con eso de que la tormenta tropical loca está haciendo estragos por estos lados, pues hay que dejar constancia de que hubo gente por estos lares.

No me chinguen, ahí en el campus hay un lugar que se supone es el punto de reunión en caso de cualquier emergencia, ya saben, ese lugar en el que se supone hay menos probabilidades de que una calamidad ocurra y nos matemos todos, a la madre. Bueno, pues a este lugar se le vino el techo encima, yeah.

Extrañaba transportarme en medio de la hediondez de los camiones, ooo si, tan sexies ellos. Y luego para colmo, aguantar pláticas de morras que van en mí misma carrera, en mi mismo salón a las 6 y media putas de la mañana. Hey, no mames, ¡cállate el hocico!

¿Y cuál fue la sorpresa de la semana? Mmmm, nee, mejor no se las digo, por que luego me acu…

¡Woah! ¡Acaba de salir volando el techo de mi casa! A la madre, pinche aguacero. Aaaaaaa la agonía, nooo, me tengo que de-ten-er con al…goo…puff…vamos…argh…

¡Fwoooosh!

(Insertar grito que se aleja cada vez más, aquí)

Nota mental: Lo sentimos, fallas técnicas…Piiiiiiiiiiiiiiiiiiiii.

Sheko.