Alucinando con thinner en el trabajo, me di cuenta de lo que tenía que hacer. Ayer me comí un pulpo, si, un pulpo aunque le quitaron la cabeza, estaba relleno de queso y tocino. De poca madre.
Fui solo a la presentación de Paco Rentería, otro pedo el amigo este, increíble su forma de tocar guitarra, se me erizaban los vellos del cuerpo y Manuel Macías, el violinista, se robó el show formidablemente.
Al salir, me trepé a un carro con unos guachos, los cuales me dieron raite hasta el Gatopollo, donde me encontré con unas amigas, vi tocar a López Pérez y a las 12 me fui con ellas a casa de un amigo después a casa de una de ellas.
‘¿Qué va a pasar? ¿Vas a venir?’
‘Si, espérame.’
Cené y me fui, como debe de ser. Comencé a correr para llegar más rápido, crucé una fiesta, en una gasolinera un grupo de tipas me quiso levantar pero eran gordas y feas así que les dije que no. Más adelante, un retén de la policía, me detuvieron pues se les hacía muy raro que un tipo anduviera corriendo, solo, a la 1 A.M., me dijeron que me tenía que quitar los pantalones para cerciorase de que no trajera droga, pura madre lo hice, así que me manosearon por encimita y ya que vieron que no traía nada (aparentemente) me dejaron seguir con mi carrera.
Platicado hasta las 3, bien me pude haber quedado un par de horas más, ya que plática faltó. Nos encontramos cometiendo errores masivos.
Y a caminar de nuevo, a esas horas en que todo es tan oscuro. El silencio era tan pesado y casi tan incómodo como el de casa. Los borrachos amistosos salen a mi encuentro, lo siento, no soy uno más de ustedes, aunque mi embriaguez se debe a otras razones un tanto menos etílicas.
4 y cuarto de la mañana.
‘¡Ya llegué!...no hay nadie, para que te esfuerzas.’
Alucinando con el calor sobre mi cama, me di cuenta que no hice todo lo que debí de haber hecho. El sueño había abordado y no precisamente en mí.
Nota mental: El reloj en la pared saltará nuestra hora. As usual.
Sheko.
…no psz wow!!