Tornaviajes

'Bienvenido a casa' decía el letrero que colocaron a la entrada del edificio. Un forastero en mi propia casa, donde ya no era bien recibido, miradas sulfurantes que gritaban agonizantes: '¡Sáquenme de aquí!' y es que todo estaba perdido desde hace tiempo, sin esperanzas y sin deseos de resurgir. El Fénix estaba derrotado y nosotros también, tan solo hacía falta una chispa, esa chispa que prendiera el gas acumulado durante años.

Siempre mantengo una maleta preparada, para el día en que decida marchar hacia el olvido, desterrado del mundo, ese mundo que no te deja vivir en paz y que, sin embargo, no puedes vivir sin él. Tan innecesarío, tan escencial.

Maldito el día en que perdí la cordura y maldito también el día en que la obtuve por vez primera. Ven, vamos a alejarnos un momento del campo de visión y podrémos hacer lo que te plazca. Viajaremos. Y es que en verdad la libertad debe de ser el bien más grande que el hombre puede tener, puesto que está dispuesto a morir por ella.

'Hasta nunca' decía el letrero que coloqué a la salida del edificio, justo antes de atravesar la puerta.

Nota mental: Cada vez se oprime el pecho más y más, maldita sea.

Sheko.

...no psz wow!!